La Quimica del amor

El amor y el trastorno obsesivo-compulsivo pueden tener un perfil químico similar:Conclusión: a veces es difícil distinguir el amor de la locura.




Nos preguntamos por que no dura la pasión amorosa. ¿Cómo es posible que un lunes nos parezca una persona guapísima, y 364 días después, la misma persona nos parezca vulgar? No es posible que el objeto de nuestros afanes haya cambiado tanto. Todavía tiene los mismos ojos. Su voz ronca, que tanto nos gustaba, ahora nos irrita; parece como si necesitara antibióticos. O quizás seamos nosotros quienes necesitemos antibióticos, porque la persona a quien antes amábamos y veíamos cubierta de luz celestial se ha convertido en una especie de infección que nos agota y nos absorbe toda la energía.Estudios realizados en todo el mundo confirman que la pasión termina. No es de extrañar, por lo tanto, que muchas culturas consideren absurdo basarse en algo tan pasajero para elegir al compañero de toda la vida.Desde el puno de vista biológico, las razones de que el amor romántico se desvanezca pueden hallarse en el modo en que nuestro cerebro responde a las oleadas de dopamina que acompañan a la pasión y nos hacen volar. Los consumidores de cocaína conocen el fenómeno de la tolerancia, por el cual el cerebro se adapta al suministro excesivo de droga. Quizás las neuronas se desensibilizan y necesitan cada vez mas sustancia para producir la misma subida.Tal vez sea bueno que el romance se diluya. ¿Existirían avances tecnológicos si nos pasáramos la vida embelesados? En lugar de una civilización en permanente evolución solo tendríamos flores, bombones y anticonceptivos. Si el estado químicamente alterado inducido por el amor romántico es equiparable a un trastorno mental o a la euforia producida por las drogas, una exposición demasiado prolongada a la pasión amorosa podría producir daños sicológicos.Los antropólogos solían pensar que el amor era una idea occidental, un subproducto burgués de la Edad Media, apto solo para gente sofisticada. Se suponía que los no occidentales no tenían espacio para las pasiones individuales. ¿Cómo podía una cultura colectiva legitimar de algún modo la obsesión por un único individuo que es la definición de enamoramiento? ¿Podía sentir pasión un campesino lleno de piojos? Desde luego que si. Ahora los científicos piensan el romance es “panhumano” y esta engarzado a nuestro cerebro desde el pleistoceno.Pero aunque el amo romántico sea universal, su expresión cultural no lo es. En la India, el amor romántico se considera tradicionalmente un peligro, una amenaza para el elaborado sistema de castas, en el cual los matrimonios se conciertan como medio de salvaguardar las estirpes y los linajes.Desde el punto de vista fisiológico, después de un tiempo determinado, una pareja ha pasado de la pasión amorosa, un estado saturado de dopamina, a la relativa calma de un vínculo inducido por la oxitocina. La oxitocina es una hormona que favorece los sentimientos de conexión y apego. La producimos cuando abrazamos a nuestra pareja de muchos años, o a nuestros hijos. Los topillos de las praderas, animales con elevados niveles de oxitócica, se aparejan de por vida. Cuando los científicos les bloquean los receptores de oxitocina, estos roedores no forman vínculos monógamos y tienden a rondar en busca de parejas.Afortunadamente hay prácticas para estimular el amor; contarse detalles personales, mirarse a los ojos durante dos minutos... Hacer cosas nuevas juntos potencia la dopamina en el cerebro, un neurotransmisor que estimula las sensaciones de atracción. Por eso, si en la primera cita, una pareja hace algo que produzca ansiedad, como subir a la montaña rusa, es mas probable que haya una segunda y tercera cita.

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