Cuando los incas relataron su historia a los conquistadores españoles proclamaron que los ejércitos incaicos se adueñaron en pocas generaciones de toda la franja occidental de América del Sur, donde habían traído la civilización a los bárbaros y el orden al caos. Los españoles creyeron semejantes alardes, anonadados por un imperio cuyas gentes rara vez pasaban hambre, cuya capital literalmente brillaba con destellos de oro, y cuya red de calzadas enlazaba las escarpadas laderas montañosas con los desiertos de la costa. Una de las cosas mas envidiables de estos gobernantes es lo bien que supieron conquistar tan bastos territorios y elevarlos a la categoría de imperio floreciente.Pero, pese a sus logros, los incas no fueron los fundadores de la civilización andina, sino sus herederos. Siglos antes, otras culturas subsistieron en esas tierras inhóspitas que ascienden desde los eriales costeros hasta la segunda cordillera mas alta del planeta; construyeron prosperas ciudades he imperios y crearon un arte exquisito. La arqueología esta sacando a la luz la historia preincaica de los Andes, a la vez que ofrece nuevas claves para comprender a los propios incas, el ultimo y mayor imperio de la región, que unifico las cuatro partes del mundo andino.
Mochica y Nasca 100-800Surgimiento de las civilizaciones.Los reinos andinos con ciudades fastuosas aparecieron en el lugar más insólito que cabe imaginar: a lo largo de la árida costa septentrional. Para cultivar sus resecos valles, los mochica desviaron los torrentes de montaña por una serie de acueductos que transportaban el agua hasta unos canales de riego. Como abono utilizaban los excrementos de las aves marinas. Esta agricultura intensiva, junto con una de las pesquerías de bajura más ricas del orbe, abasteció centros administrativos, económicos y ceremoniales que albergaban enormes pirámides de adobe, elites pudientes y grandes barrios de artesanos especializados. Caravanas de llamas y barcas de juncos llevaban la materia prima a los operarios, autores de algunas de las obras maestras del arte andino y precursores de unas técnicas de metalistería que envidiarían los propios incas. Los impuestos se cobraban en forma de trabajo, un método esencial en los siguientes imperios. Los mochica construyeron calzadas que sobrevivieron al periodo incaico. Mucho mas al sur, en un tramo costero todavía más árido, las comunidades nasca convirtieron el desierto en campos de labor construyendo acueductos subterráneos para limitar la evaporación del agua, y canalizándola en acequias. Ambas culturas se extinguieron hacia el año 800, quizás a causa de sucesivos El Niño que provocaron inundaciones y disminuyeron la pesca.
Tiwanaku y Wari 500-1100Primeros imperios.
Las culturas de Tiwanaku y de Wari crearon sendos imperios transandinos, en los que se desarrollaron proyectos para la unificación de diversos pueblos, se aprovecharon los recursos de los variados entornos de la región y se construyeron monumentales ciudades de piedra. Pese a estar ubicados en zonas montañosas, estos imperios colonizaron las tierras bajas para poder cultivar algodón, maíz y coca. Entorno al año 500 se produjo el florecimiento de Tiwanaku, alimentado por la abundancia local: pescado del lago Titicaca, carne de las llamas y alpacas que pastaban en la altiplanicie, y patatas y otros cultivos sembrados en bancales regados por acequias. Según la tesis de los expertos, la ciudad de Tiwanaku, edificada al sur del sagrado lago Titicaca y a la vista de un monte que se creía tenía poder sobre el clima, era un centro ceremonial, un lugar de peregrinación y de prodigios. A partir de este nexo espiritual, la cultura Tiwanaku se expandió 800klm al sur, a través de las rutas caravaneras que cruzaban el desierto hasta lejanos mercados y minas. El imperio Wari nació hacia el año 600 y se extendió al menos 1500klm por el Perú actual, excediendo durante su apogeo al de Tiwanaku. Los Wari iniciaron muchas prácticas que luego adoptarían los incas. Erigieron sedes administrativas, comunicaron ciudades y puestos militares mediante una red de calzadas, reubicaron a sus gentes para cultivar nuevas zonas y llevaron unos registros de datos consistentes en cuerdas de colores con nudos, método que seria perfeccionado por los incas. Posiblemente una grave sequía puso fin a la hegemonía de Wari y de Tiwanaku.
Chimú e Inca 1000-1470Imperios rivales.Sobre las ruinas de los reinos Mochica se erigió el reino chimú, desarrollado en la zona costera septentrional de Perú. Comprendía un área muy extensa, de más de 1300klm. La cultura chimú, como la de sus predecesores, se expandió con la guerra y se enriqueció gracias a los tributos y el comercio. Pueblo marinero, que se cree navegaba en grandes almadías, también basaba su sustento en el regadío y mantenía a expertos metalistas y tejedores. Chanchán, la capital del reino chimú, creció hasta acoger a 100.000 habitantes: miembros de la realeza, siervos, artesanos y mercaderes. Hacia 1200, cuando los guerreros Chimú conquistaban los pujantes reinos septentrionales, los incas constituían una pequeña comunidad. Pero a fines del siglo X, tras protagonizar una rápida expansión desde el Altiplano central, las tropas incaicas tomaron la ciudad de Cajamarca, máxima aliada del reino chimú. Privados del suministro de agua y aun siendo mas avanzados que sus adversarios, los chimú no tardaron en caer. Los incas no solo se hicieron con el botín, sino que también se llevaron a los artesanos del lugar. Muchos de los rasgos culturales chimú fueron heredados por los incas: el tratamiento divino dado a los soberanos; el derecho de los descendientes a heredar, antes que los sucesores, las propiedades de los monarcas, una norma que obligaba a los nuevos reyes ha hacer fortuna por medio de las conquistas; y la distribución de exquisitas piezas de oro, plata y artículos textiles entre la reducida clase dominante.
El Imperio Inca 1438-1572Unificación de los Andes.
Al establecer su dominio en el imperio andino de Tahuantinsuyu, o “tierra de las cuatro partes”, los incas refinaron las instituciones y la tecnología de los pueblos preincaicos para fundar un imperio de dimensiones inconcebibles en los Andes. Nunca un gobierno había abarcado tamaño territorio, con tal variedad de paisajes y grupos étnicos. Para lograr la unidad en tan basto territorio se precisaban grandes dotes administrativas y organizativas. Los incas unieron los caminos existentes en un moderno sistema viario, censaron a sus súbditos y se aseguraron de que todos rendían prestaciones al gobierno, y que la producción era correctamente distribuida o almacenada.Eran extraordinarios, pero su predominio variaba. Tenían que negociar y adaptarse. En muchos lugares los incas siguieron una política de no ingerencia. La vida en las provincias guardaba escasa relación con los asuntos del imperio. Muchos súbditos nunca, o casi nunca, vieron a un inca. Excavaciones recientes indican que, aunque los incas transformaron el núcleo del imperio alrededor de Cusco, la capital, y en gran parte de las montañas, su supremacía se hizo sentir mucho menos en zonas distantes y a lo largo de la costa, donde gobernaban a través de una elite local designada, que debía informar a un superior inca. Pero disponían de un nutrido arsenal para imponer el mando, y de la capacidad de reclutar un ejército que eclipsara a las huestes de cualquier enemigo. Tenían guarniciones en las tierras ocupadas, y las poblaciones sediciosas eran desterradas de su patria. Con todo, los incas se enfrentaron a rebeliones constantes. Fue esta falta de unidad, y ciertas flaquezas en las instituciones incaicas, la causa del desmoronamiento del imperio. Por ejemplo, la práctica de amasar riquezas para comprar la lealtad de los miembros de la familia real, de nobles, sacerdotes y gobernantes locales condujo a una dureza cada vez mayor de los trabajos forzosos y del servicio de armas obligatorio, con el creciente descontento popular. Tras una ascensión meteórica en solo unas pocas generaciones, Tahuantinsuyu inicio un declive que se aceleraría con la llegada de los españoles en 1532. Los últimos focos aislados de resistencia fueron derrotados en 1572.
Extraido de un articulo de National Geographic.
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