Las Tulpas

La idea de que el espíritu es superior a la materia y distinto de ella aparece en numerosas civilizaciones. Los religiosos tibetanos, especialmente, creen en la existencia de un principio espiritual capaz de crear formas mentales visibles para todos; las Tulpas.

La Tulpa es, para los tibetanos, la proyección material de una forma concebida por el espíritu. Es un fantasma, si se quiere, creado por un monje o un iniciado al termino de una larga meditación. Puede tomar, indistintamente, la forma de un animal, de un paisaje, de un objeto o de un ser humano. No es una simple visión, sino un fenómeno dotado de consistencia física, capaz de emitir olores, sonidos, etc.
“El olor de una rosa fantasma llegara muy lejos;
una casa fantasma será capaz de recibir viajeros de carne y hueso, etc.”
Los lamas tibetanos explican la creación de Tulpas de la siguiente forma: Según su concepción del mundo, el universo que nos rodea es una simple visión mental, no hay ningún fenómeno que exista si no es concebido por el espíritu humano. El objetivo de la iniciación religiosa es, entonces, aumentar la capacidad de concepción del espíritu humano, su aptitud de hacer pasar desde el orden potencial, del vacío físico, al orden de lo tangible, el mayor numero de realidades posibles.
El núcleo de la enseñanza de los tibetanos se centra en aumentar el potencial de producción mental. Los ejercicios que constituyen la formación de un joven monje tibetano se basan en el dominio de la respiración (que le permite alcanzar la serenidad de espíritu) y una practica intensa de la meditación. Esta se apoya en el Kylkhor, diagrama diseñado sobre una tela, escrito en un papel o grabado sobre una piedra.
Algunos Kylkhor representas verdaderos mundos en miniatura. En el centro se encuentra un personaje, a menudo una divinidad llamado yidam. A medida que va progresando, el joven monje logra dar vida a su Kylkhor, es decir, Hacer que las escenas que están allí dibujadas y sobre las cuales aplica su meditación, se vuelvan realidad. El alumno logra, al finalizar su iniciación, comprender que todo fenómeno en este mundo no es mas que un espejismo que surge de la imaginación. De este modo logra dominar sus temores y sus sensaciones.Se considera que un lama que alcanza este estado puede, de este modo, resistir al frío hasta el punto de sobrevivir una noche desnudo en la nieve, ya que el sentimiento de calor o de frió aparece, en efecto, como lo que es: una ilusión del espíritu que el combate con otra ilusión, estimulando con su voluntad el calor interno del cuerpo. El espíritu, por lo tanto, nada tiene que temer a la materia, ya que la controla completamente y puede burlarse de ella, actuando en consecuencia.

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